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Rupit, uno de los pueblos más bonitos de la provincia de Barcelona, se encuentra a aproximadamente una hora y media de la capital catalana. Este encantador pueblo medieval destaca por sus calles empedradas, casas de piedra y un ambiente histórico que refleja su rica herencia.
El casco antiguo de Rupit es una joya por descubrir, con la Iglesia de San Miguel y el famoso Puente Colgante construido en 1945. Su entorno natural es impresionante, ofreciendo diversas rutas de senderismo como la que lleva al Salto de Sallent, una espectacular cascada de 115 metros de altura. Este pueblo se puede visitar en cualquier época del año, ofreciendo una combinación perfecta de historia, cultura y naturaleza.
Rupit, un pueblo atrapado en el tiempo
En el corazón del espacio natural del Collsacabra, rodeado de densos bosques y un río serpenteante, se encuentra Rupit, un pueblo que es un verdadero tesoro de Cataluña. Este encantador lugar, situado a 845 metros sobre el nivel del mar, forma parte del municipio de Rupit i Pruit, al norte de la comarca de Osona. Con sus calles empedradas y su ambiente rural, Rupit invita a los visitantes a sumergirse en su historia y a disfrutar de su singularidad.
Para explorar Rupit, es necesario dejar el coche en el aparcamiento exterior, ya que el acceso vehicular está restringido dentro del pueblo. El recorrido comienza cruzando el icónico Puente Colgante, que atraviesa el río de Rupit, marcando el inicio de una aventura por este pintoresco pueblo.
Una vez dentro, las calles de Rupit revelan casas con fachadas de piedra que datan de hace más de cuatro siglos. Uno de los primeros puntos de interés es la Iglesia de San Miguel, que ofrece la posibilidad de subir a su campanario para disfrutar de unas vistas impresionantes del entorno. Al lado se encuentra la plaza Mayor, un rincón pintoresco adornado con balcones floridos y tiendas rústicas, ideal para relajarse con un aperitivo.
Continuando el recorrido, se llega al carrer del Fossar, una empinada calle de piedra que es el rincón más antiguo y rústico del pueblo. En la parte alta de esta calle, se encuentran las ruinas del Castillo de Rupit, construido alrededor del año 1000. En esta zona también se encuentra la plaza de los Caballeros, antiguo punto de encuentro de la nobleza, junto con otros edificios históricos como la casa del boticario, la notaría Soler y la antigua Ferrería.
Rupit, con su encanto medieval, también alberga los molinos de la riera, construidos originalmente en el siglo X. Aunque la mayoría fueron destruidos por la riada de 1940, el molino de Marandes del siglo XVII, que operó hasta 1962, sigue en pie. Más allá de la iglesia, una calle estrecha conduce hacia el río y desde allí a la ermita de Santa Magdalena, del siglo XVII, destacada por su altar de piedra y su campanario de espadaña.
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Gracias a su ubicación en el Espacio Natural Protegido del Collsacabra, Rupit ofrece un amplio abanico de actividades para los viajeros. Se puede explorar el bosque de las rocas encantadas, ideal para paseos en familia, o disfrutar de rutas de bicicleta de montaña con 17 circuitos señalizados.
Entre las rutas más recomendadas para explorar se encuentran la clásica calle del Fossar, el itinerario de la riera, la Ermita de Santa Magdalena y el Salto de Sallent. Estos dos últimos son especialmente populares entre los senderistas. Desde la Plaza Mayor, bien señalizados, parten ambos caminos. La Ermita de Santa Magdalena, documentada desde 1660, se sitúa sobre una roca en la riera de Rupit. Es un lugar ideal para hacer un picnic.
El sendero hacia el Salto de Sallent es más exigente y no se recomienda para personas mayores o con movilidad reducida. Este recorrido clásico de Rupit sigue el curso de la riera, atravesando bosques con desniveles rocosos. En aproximadamente una hora de caminata, se llega al espectacular salto de agua, donde la recompensa son unas vistas inigualables del Collsacabra.
Castellfollit de la Roca
A una hora en coche de Rupit se encuentra Castellfollit de la Roca, uno de los pueblos más pintorescos de Cataluña. La vista de la iglesia y las casas suspendidas en este acantilado se ha convertido en una de las imágenes más icónicas de la región.
El casco antiguo de Castellfollit de la Roca, con su origen medieval, está compuesto por plazas y callejuelas estrechas y sombrías. En el extremo del precipicio se encuentra la plaza-mirador Josep Pla, que ofrece una panorámica espectacular. Entre los atractivos del pueblo destacan la iglesia de Sant Salvador, del siglo XIII además del entorno natural que la rodea.
Situado junto al Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa, Castellfollit de la Roca se beneficia de un entorno natural protegido de gran valor paisajístico.